El amor no entiende ni de edad, ni de condición. Una frase hecha realidad a base de historias imposibles y amores rotos. Días atrás asistía a un coqueteo, tras la barra de un bar, que promete. Sólo pudo observar unos movimientos iniciales, que seguro que en privado han ido mucho más allá. Únicamente con ver las miraditas y sonrisitas, basta para saber que San Valentín había hecho su trabajo. Ahora sólo falta saber que opina la mujer del amante.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario